El término pérgola viene del latín pergula y llegó al italiano para designar los balcones. Pero en España el término sirve para referirse a esas estructuras que, circulares o hexagonales, abundan en nuestros jardines para darse un respiro del abrasador sol los días calurosos del verano.
En verano necesitamos sombras para disfrutar del jardín pero en muchas ocasiones no queremos plantar árboles cerca de las viviendas para evitar los problemas derivados del crecimiento de sus raíces: daños en la estructura, aceras levantadas, tuberías atravesadas…
Aquí es donde entra en juego la fórmula ideal:
pérgolas + césped albergrass = verano perfecto.
Ya sea una pérgola en madera o en hierro forjado, ésta combinará a la perfección con el verde natural y siempre espectacular del césped artificial, o con una composición de césped y tarima. Si en torno a la pérgola plantamos unas plantas trepadoras decorativas como la buganvilla, miel sobre hojuelas.
Si tu jardín es muy caluroso en verano, piénsalo, una pérgola puede ser la solución para pasar una tarde de agosto en nuestro jardín en un espacio más acogedor y natural.
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